Psicologia del desarrollo infantil

                                                                                      

Informacion del curso

 

La psicología del desarrollo infantil, es una rama de la psicología que se encarga de estudiar los cambios biopsicosociales que se presentan en el niño. Conocer los cambios que se originan en las distintas etapas de la infancia, coadyuva a entender las causas de los atrasos en el desarrollo en cualquiera de los aspectos del ser humano, ya sea a nivel cognitivo, físico, motor o social y asimismo comprender cómo afecta la alteración en uno de los aspectos, a otro u otros.

Conocer el desarrollo humano nos ayuda a comprender quiénes somos y cómo hemos llegado a ser de tal manera; el desarrollo inicia en la concepción y continúa a lo largo de la vida. El desarrollo implica crecimiento, y se crece tanto en el aspecto físico, como cognitivo y social, en estos últimos juega un papel muy importante el aprendizaje.

 

Evidencia

1. El vinculo materno.

El vínculo materno: La unión de la madre con su hijo

Es un instinto biológico que garantiza la supervivencia del bebé y establece la unión entre la madre y su hijo desde el útero materno. Una vez que nace, el vínculo materno es la clave para el futuro emocional del ser humano

¿QUÉ ES EL VÍNCULO MATERNO?

Dos profesores de Pediatría americanos, Marshall Klaus y John Kennell, aseguraron en 1976 que el vínculo materno es el lazo que se crea entre la madre y su hijo desde las primeras semanas de embarazo, se alarga durante toda la vida y se construye a partir de las experiencias de apego que el bebé experimenta: estímulos y reacciones mutuas entre el niño y la madre, que producen seguridad, sosiego, consuelo y placer en ambos.
Pero, además, del vínculo materno dependen la confianza y la seguridad en uno mismo, así como la capacidad de tener relaciones afectivas, de cuidar de los otros y de dar y recibir de los demás. Es el molde biológico a partir del cual se formará la vida emocional, intelectual, física y social del niño.

¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE EL VÍNCULO MATERNO?

Si hay algo que resulte tan vital como la leche para el recién nacido, eso es el vínculo materno, una de las experiencias más importantes de toda su vida.
Las relaciones humanas permiten al ser humano sobrevivir, aprender, trabajar, amar y procrearse. Cada individuo socializa según sus habilidades personales y la organización y el funcionamiento de partes específicas del cerebro humano que se desarrollan durante la infancia. En los tres primeros años de vida, el cerebro desarrolla un 90% de su tamaño adulto y pone en marcha los sistemas responsables del funcionamiento motor, cognitivo, afectivo y relacional para el resto de su vida. De ahí que las experiencias de apego, que tienen lugar durante los primeros años de vida, sean decisivas para su habilidad de socializarse, pues las capacidades medulares de apego arrancan del vínculo materno en la más tierna infancia.
Tan importante es el vínculo materno, que ya existe una nueva disciplina por la que un buen número de investigadores intenta desentrañar los mecanismos químicos, neurológicos y hormonales que se desarrollan gracias el vínculo materno, se trata de la neurobiología del apego. Su conclusión más destacable: los niños con un vínculo pobre o separado de sus madres a temprana edad sufren trastornos de la conducta y las emocionales, como ansiedad depresiones o traumas infantiles.

EL VÍNCULO MATERNO SE CREA EN EL ÚTERO

El vínculo entre la madre y su hijo se produce en el seno materno. A través de la comunicación entre el embrión y los tejidos del útero tienen lugar unos procesos durante los nueve meses de embarazo que permiten al futuro bebé vivir en el seno de su madre sin ser rechazado: se produce una tolerancia inmunológica por la que el embrión podrá alimentarse y sentir a través de su madre. Es el vínculo biológico, el antecedente al vínculo materno, al apego. 

EL RECIÉN NACIDO Y EL VÍNCULO MATERNO

Desde el momento en que nacen, los bebés necesitan continuar con esta comunicación embrionaria. Por eso es tan importante el periodo sensible (la primera hora posterior al parto): el recién nacido tiene todos sus sentidos alerta, las caricias, los besos, la mirada y la voz de su madre no son sólo muestras de afecto, son estímulos para el bebé, que además se siente reconocido en un medio nuevo para él. A su vez, el bebé al succionar el pecho de su madre y mirarla, la estimula fisiológica y emocionalmente.
Desde entonces, el recién nacido y los cuidados maternales no deberían separarse y se inicia una relación en la que la madre cubrirá las necesidades físicas, fisiológicas y emocionales de su hijo: hambre, sueño, dolor y amor. Con la lactancia materna y al cuidarle en general, le aporta experiencias gratificantes y su hijo la asocia con todo lo que es agradable.

El vínculo materno biológico se ha convertido ya en un vínculo afectivo: con la presencia de la madre el niño reacciona placenteramente. Este apego provoca en ella un sentimiento de amor, que la lleva a protegerlo, alimentarlo y cuidarlo. Así es como el bebé conoce sus primeras relaciones íntimas, que son gratificantes y por ello favorecen la seguridad en sí mismo y la autoestima, dos cualidades básicas para mantener una vida emocional segura y feliz.

Durante sus primeros meses de vida, el bebé sólo obedece al placer, y la madre, poco a poco le va enseñando a esperar entre una toma y otra, de este modo el bebé aprende que el alimento viene de fuera; su madre le está inculcando el principio de realidad para que se diferencie de ella y llegue a ser una persona independiente.

¿Cómo se crea el vínculo materno?

La comunicación entre la madre y su bebé comienza a través de los sentidos, con un intercambio de señales que ambos aprenden de manera natural. Este lenguaje íntimo se basa en el contacto físico, la clave del vínculo materno. Es, además, una necesidad para el bebé: el contacto piel con piel le tranquiliza, favorece su crecimiento y provoca unas respuestas neuroquímicas esenciales para el buen funcionamiento del cerebro en las relaciones humanas. Sentirse abrazado, acariciado, mecido, acunado y besado le provoca sensaciones positivas que refuerzan su seguridad, ya que se siente reconocido por su madre. Los juegos, los masajes, las caricias en el baño y todo lo que suponga un contacto físico entre ambos aporta experiencias de apego. Si quieres saber qué juegos son los más adecuados para las diferentes edades de tu hijo consulta nuestra Guía de Juegos para el Bebé:
La mirada es otra forma de comunicación. Desde el momento en que nace, cuando la madre le mira a los ojos comienza ese vínculo que se creó dentro de ella. A partir de entonces la comunicación visual y física son fundamentales para que el bebé aprenda a responder a los estímulos que recibe. El niño, además, nace con el olfato desarrollado, gracias al cual será capaz de reconocer a su madre desde que llega al mundo.
El oído también es importante, durante el embarazo el bebé ha escuchado la voz de sus familiares: madre, padre o hermanos y cuando nace, las reconoce con facilidad y se siente a gusto, le recuerda las sensaciones de cuando estaba dentro del útero materno.

EL VÍNCULO MATERNO Y PAPÁ
Las experiencias de apego también se pueden dar entre un padre y su hijo. Cuando el padre participa y crea un vínculo con su hijo, no sólo enriquece su propia vida afectiva también la del bebé y la de la madre; es todo mucho más fácil para los tres.
Para un padre que se implica durante el embarazo, que participa en el parto y está presente durante la primera hora de vida de su hijo, crear un vínculo afectivo con su bebé es mucho más sencillo: el niño ya ha oído su voz y es capaz de reconocerla.
El tacto, la vista, el olfato y el oído ayudarán a crear ese vínculo del mismo modo que con la madre. Una buena idea es permitir que toque la cara de ambos para reconocer sus diferencias, que los huela y que le hablen.
Al cambiarle los pañales, acunarle, masajearle, bañarle o hablarle y alimentarle el padre puede crear experiencias de apego con su bebé y, poco a poco, conocerá que el entorno no es sólo su madre, también está su padre, sus hermanos…Así, será un bebé feliz, un niño seguro y un individuo preparado para relacionarse con los demás.